Carta abierta apelando a que líderes mundiales muestren liderazgo a largo plazo frente a las amenazas existenciales
Nuestro mundo está en grave peligro. Nos enfrentamos a una serie de amenazas que ponen en riesgo a toda la humanidad. Nuestros líderes no responden con la sabiduría y la urgencia necesarias.
El impacto de estas amenazas es visible: un clima que cambia rápidamente, una pandemia que mató a millones de personas y costó billones, guerras en las que se ha planteado abiertamente el uso de armas nucleares.
Podría ser peor. Muchas de estas amenazas ponen en peligro la existencia misma de la vida en la Tierra. Aún no sabemos hasta qué punto serán importantes los riesgos emergentes asociados a la inteligencia artificial (IA).
Estamos frente a un precipicio.
Los firmantes de esta carta apelan a los líderes mundiales que trabajen juntos para hacer frente a estas amenazas existenciales con mayor decisión. Invitamos a personas de todas las comunidades, generaciones e ideas políticas a unirsenos para pedir una toma de decisiones valiente, por el bien de nuestro futuro común.
Existen los conocimientos y los recursos necesarios para afrontar estos retos. Pero demasiados de nuestros líderes carecen de la voluntad política o de la capacidad para tomar acción de forma decisiva. Buscan parches a corto plazo en lugar de soluciones a largo plazo.
En un año en el que la mitad de la población adulta mundial tendrá elecciones, instamos a todos los que aspiran a un cargo a que adopten un enfoque nuevo y audaz. Necesitamos liderazgo a largo plazo por parte de los responsables de la toma de decisiones que comprendan la urgencia de las amenazas existenciales a las que nos enfrentamos y crean en nuestra capacidad para superarlas.
El liderazgo a largo plazo significa mostrar la determinación de resolver problemas inabordables, no sólo de gestionarlos, la sabiduría de tomar decisiones basadas en pruebas científicas y en la razón, y la humildad de escuchar a todos los afectados. Los líderes con visión de futuro deben tener la fuerza moral para abordar tanto los problemas actuales como los riesgos a largo plazo, a menudo a expensas de los intereses creados.
Estos valores deberían ser comunes a todos los líderes políticos. Pero, lamentablemente, muchos carecen de ellos. Necesitamos líderes, mujeres y hombres, que demuestren constantemente el valor de:
- Pensar más allá de los ciclos políticos a corto plazo y aportar soluciones tanto para las generaciones actuales como para las futuras.
- Reconocer que las respuestas duraderas requieren compromiso y colaboración por el bien de todo el mundo.
- Mostrar compasión por todas las personas, y así crear políticas sostenibles que respeten el hecho de que todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.
- Defender el estado de derecho internacional y aceptar que los acuerdos duraderos exigen transparencia y rendición de cuentas.
- Comprometerse con una visión de esperanza en el futuro compartido de la humanidad, no sacar provecho de su pasado dividido.
Estos principios de liderazgo a largo plazo pueden servir de base para cambios urgentes de política pública. Los gobiernos pueden ponerse a trabajar ahora para acordar cómo financiar la transición a un futuro seguro y saludable impulsado por energías limpias, relanzas las conversaciones sobre el control de armas para reducir el riesgo de guerra nuclear, salvar millones de vidas al cerrar un tratado equitativo sobre pandemias y empezar a construir la gobernanza mundial necesaria para hacer de la IA una fuerza para el bien, no un riesgo desbocado.
Mientras los líderes se preparan para reunirse en Nueva York en septiembre con motivo de la Cumbre del Futuro de la ONU, ha llegado el momento de cambiar de rumbo. Los mayores riesgos a los que nos enfrentamos no pueden ser abordados por ningún país en solitario. Sin embargo, cuando las naciones trabajan juntas, todos estos desafíos pueden abordarse, por el bien de todos.
A pesar de la gravedad de estas amenazas existenciales, sigue habiendo esperanza. Nuestro mejor futuro todavía puede estar por venir. Les pedimos a los líderes que adopten una visión a largo plazo y muestren el valor necesario para guiarnos hacia ese futuro mejor.